domingo, 22 de mayo de 2022

FOTOS VIEJAS

 

Eran los 80 y tantos….

Y esa forma de caminar por el medio de la acera, con paso seguro y firme, denotaban mis treinta años.

A los lados, tomados confiadamente de mis manos fuertes, caminaban mis pequeños hijos.

Todo estaba bien, todo era seguro. Nada que temer ni que prevenir.

Era esa edad donde las piernas kilométricas eran el punto de encuentro de miradas, piropos, y la sonrisa cómplice de quien se sabe centro -por un ratito- de la admiración de los demás mortales.

Hasta los pequeños eran perfectos, lindos, dulces, sociables.

Mis hijos y yo.

Y al frente, captando este momento perfecto digno de una publicidad de ropa de niños, estaba El. Mi amor, nuestro amor, siempre embelesado por su familia.

Hubo otros momentos así, muchos por suerte. Cada uno con su magia.

Pero algo tiene esta imagen que me llevó a elegirla.

Es maravilloso que un aparatito con un flash, pueda plasmar un instante de alegría, donde la vida se convierte en un sorbo que se ha de  beber hasta la última gota.

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