Qué maravilloso poder tiene la música en nuestra vida, en
nuestro ánimo, en nuestro espíritu…
Que maravillosa oportunidad de probar que todo tiempo es aquí
y todo momento es ahora, porque si la música está conmigo, desaparece el ayer,
y no se vislumbra el futuro.
Todo se siente y se vive, desde un sonido que comienza en
nuestros oídos, pero que rápidamente llega al cerebro, y se transforma en un
sentimiento, en una sensación, tan bella y tan firme que nada más interesa.
Y entonces miramos por la ventana, y la luz del sol ya no
está, y en su lugar, tal vez estrellas o sólo oscuridad, pero es todo tan
perfecto, que una sonrisa gobierna nuestro rostro, y la hermosa sensibilidad de
una caricia se apodera de nosotros, sin tocarnos.
Lo mas incoherente es quizás la sonrisa, divina línea curva
que define nuestro estado emocional, sin pronunciar palabra alguna. Instalándose y
haciéndose dueña eterna de un instante de felicidad suprema.
Y entonces, desaparece la edad, la condición social, el
lugar económico, la soledad y uno solo pertenece a ese sonido que se apodera de
nuestra humanidad transformándola, y endiosando lo mas pueril y concreto de
nuestra existencia…
Pero, hay que tener alguna condición especial para vivir tan
intensamente ?
Hay que escuchar determinada música? Determinada cantidad de cuerdas? O instrumentos
de viento? O tiene que ser melodía cantada? Tiene que ver con la letra?
Mi querido amigo, nada de esto tiene que ver con el goce y
el transportarse hacia una realidad paralela. Lo único que se necesita es que
llegue a tu alma, tan rápido como esa sonrisa se instale en tu cara, y el resto
de los mortales, comiencen a pensar que la racionalidad te está abandonando….pero como dijo alguien….de poetas y de locos, todos tenemos un poco…
Así que viajemos sobre la clave de sol junto a las corcheas
y las fusas, y las musas que inspiraron a quienes hoy, en este instante, me
sacaron de la rutina y soplaron fuerte, haciendo que pueda flotar y volar hacia
dentro de mi ser…y quedarme allí, y no necesitar nada mas
Extraña, mágica, y bendita sensación